El transporte de alimentos perecederos obliga a mantener la cadena del frío de una manera muy determinada. Para ello, el Grupo Carbó Collbatallé sigue unas etapas concretas en el transporte de refrigerados que van desde el origen hasta la entrega en destino del producto. Como punto receptor, la empresa distribuye los productos según los destinos a los que deba ir y, en el caso de que el producto se encuentre en uno de los almacenes del grupo, este prepara y ubica la mercancía cuando el cliente realiza el pedido.
Cuando una empresa o un particular solicita un servicio de producto a temperatura controlada, en el transporte es igual de importante controlar la temperatura del alimento que se transporta como las condiciones del vehículo donde se lleva a cabo el traslado. Por ese motivo, es recomendable revisar los vehículos a diario para verificar que la temperatura de la caja es la adecuada y que todos los elementos (ruedas, caja, thermoking, etc.) se encuentran en perfecto funcionamiento. Carbó Collbatallé, además de asegurar estas medidas, monitoriza y controla sus vehículos vía GPS vigilando así cualquier alteración de la temperatura fuera del rango establecido, incidencia que se comunica de manera automática e inmediata con el sistema de control. De esta manera, durante el transporte el vehículo asegura el correcto mantenimiento de la temperatura del alimento y preserva las condiciones del servicio desde que se recoge la mercancía hasta que se entrega.
Además de las condiciones del traslado del producto, es importe garantizar la trazabilidad del frío en todos los procesos y espacios del trabajo como el almacén, la zona de carga de la mercancía y el almacén de destino, entre otros.