Temperatura y humedad son condiciones ambientales básicas para la conservación de frutas y verduras durante su transporte. El medio terrestre es el más efectivo y usado para el traslado de este tipo de productos, pero mantener una atmósfera adecuada es clave para que se conserve la mercancía en buen estado. Las normativas que regulan cómo debe ser el transporte son estrictas con tal de garantizar la salud del consumidor.
Otra ventaja de una buena gestión logística de las frutas y verduras es evitar pérdidas del producto. Este indicador se encuentra actualmente en niveles muy elevados en España: cuando las condiciones no son las idóneas, puede superar un 50% de la mercancía transportada. Cada tipo de producto requiere unas condiciones concretas, que deben respetarse para mantener su calidad intacta.
Los camiones frigoríficos
En Carbó Collbatallé contamos con camiones frigoríficos que permiten controlar las condiciones de la mercancía transportada. Mediante un dispositivo mecánico de producción de frío, la temperatura en el interior de las cámaras se sitúa entre los 12 y -20 grados centígrados. En el caso del transporte de frutas y verduras, la temperatura se establece en 3ºC para evitar que sea demasiado baja (y, por tanto, supere el punto de congelación) o demasiado alta (cuando los microorganismos pueden dañarlas).
Una vez cosechadas, los procesos de vida de las frutas y verduras continúan. En concreto, siguen con su respiración y su transpiración. El primero se da porque estos alimentos consumen oxígeno y emiten dióxido de carbono, agua y calor; el segundo, en cambio, es la pérdida de agua por evaporación. Para evitar la transpiración (que provoca la disminución de peso de las piezas de frutas y verduras), no solo es importante la temperatura, sino que también inciden la humedad, el tipo de envases y embalajes, y el aire, que debe circular entre los productos. mbi. dos en España s y verduras), no solo es importante la temperatura, sino que tambi. dos en España
¿Frutas y verduras climatéricas o no climatéricas?
Las frutas y verduras pueden clasificarse en dos tipos según si continúan su proceso de maduración después de su cosecha o no. Melocotón, albaricoque, plátano, mango, papaya, aguacate, ciruela, manzana, tomate, kiwi, sandía, caqui y pera son ejemplos de frutas climatéricas, que pueden cosecharse verdes ya que continúan su proceso de maduración una vez separadas del árbol.
Las no climatéricas son las que deben recolectarse cuando ya están casi listas para su consumo, ya que si se recogen verdes, no maduran, sino que se ponen blandas. Es el caso de las cerezas, frambuesas, uvas, aceitunas, pimientos, pepinos, calabacines, berenjenas, moras, piñas, arándanos, fresas, calabazas, granadas, pomelos, limones, limas, naranjas y mandarinas, entre otras.
Las condiciones de transporte deben adaptarse al punto de maduración y al tipo de fruta y verdura. Cumplir con los tiempos establecidos también es vital para que los productos frescos lleguen a su destinación en perfecto estado.