Conducir de noche tiene la ventaja de la menor densidad de tráfico, pero conlleva unos riesgos que no están presentes en la conducción diurna. Pese a que el tráfico nocturno es aproximadamente una cuarta parte del diurno, tres de cada diez accidentes suceden en las horas de oscuridad, y son más graves, pues concentran un 41% de las muertes en carretera.
Además de los peligros asociados a la conducción nocturna, hay que contar con el riesgo añadido que supone manejar un camión cargado. Si la responsabilidad del transportista es máxima durante el día, por la noche debe agudizar aún más los sentidos.
Vamos a repasar algunos consejos para una conducción nocturna segura:
- Descansar lo necesario. Conducir cansado aumenta drásticamente los tiempos de reacción al volante. El sueño actúa de forma similar a como lo hace el alcohol, alterando la percepción de la velocidad y de las distancias. Se corre también el riesgo de la hipnosis de la carretera, cuando la vista queda fijada en un punto inconcreto y conducimos de forma autómata.
- Adecuar la velocidad. Durante la noche, la falta de visibilidad afecta a la percepción de profundidad, al reconocimiento de los colores y a la visión periférica. Por tanto, el tiempo de reacción ante imprevistos es menor y, además de adecuar la velocidad a estas condiciones, es necesario ampliar la distancia de seguridad respecto a otros vehículos.
- Verificar faros y limpiaparabrisas. Si antes de emprender cualquier desplazamiento por carretera es fundamental revisar el funcionamiento de los dispositivos esenciales del vehículo, lo es aún más para conducir de noche.
- Evitar la iluminación interior. Llevar encendidas las luces de la cabina reduce la visión exterior debido al contraste lumínico.
- No sobrecargar el camión. No hay que hacerlo nunca, pero un camión sobrecargado circulando de noche multiplica los riesgos, tanto para el chófer como para el resto de usuarios de la carretera. La sobrecarga es una de las principales causas de accidente. A más peso, mayor dificultad de maniobra en caso de imprevistos.
En resumen, si has de conducir de noche, no olvides descansar, revisar el vehículo, verificar la carga y sentar a tu lado en la cabina a tu mejor aliada: la prudencia.