Las empresas que trabajan con productos perecederos deben contar con un método de gestión de almacén que garantice que la mercancía se distribuya de la forma más eficiente posible, evitando pérdidas y devoluciones relacionadas con la caducidad. La calidad es el primer mandamiento de cualquier empresa que ponga sus productos a la venta, pues una buena experiencia de consumo es el principal aval para el reconocimiento de marca. La automatización de los almacenes ha permitido desarrollar sistemas de gestión más eficientes, que eliminan el riesgo de poner en circulación mercancía caducada o dejarla olvidada en algún rincón. Es el caso de FEFO, «First expires, first out», y FIFO, «First in, First out»: lo que caduca antes, sale primero; lo que primero entra, primero sale.
FEFO: First expires, first out
La cadena de suministro es un mecanismo complejo que necesita que cada uno de los eslabones que la componen desarrolle su función de manera eficaz y coordinada. Si uno de ellos falla, el conjunto se resiente, y las consecuencias pueden llegar a ser desastrosas. En la fabricación y distribución de productos perecederos y, en concreto, de alimentos a temperatura controlada, la exigencia es aún mayor, pues un error no solo repercute en la pérdida de tiempo y el aumento de costes, sino que puede suponer la pérdida de toda la mercancía.
A esto hay que añadir que un alimento caducado en el lineal de compra tiene consecuencias fatales para la imagen de marca y, por tanto, el perjuicio económico se multiplica. Para evitarlo, el método FEFO de gestión de almacén organiza los lotes en función de su fecha de caducidad, de manera que aquellos que caducan antes, son los primeros que se distribuyen; eso sí, dejando un margen suficiente para que no caduquen en el lineal. Por supuesto, para que el sistema FEFO sea eficaz requiere de una buena organización logística para evitar que se acumulen en el almacén productos cuya vida útil esté cercana a su fin.
FIFO: First in, first out
Otra manera de organizar el almacén es mediante el método FIFO: los productos que entran primero son los primeros que salen. La diferencia respecto al FEFO es que el elemento en torno al cual se organizan los lotes es la fecha de recepción. De esta manera, a igualdad de caducidad, saldrá antes hacia el lineal de compra aquella mercancía que haya iniciado primero su ciclo logístico de distribución. No olvidemos que uno de los elementos que influye en el deterioro de un producto es el tiempo que pasa almacenado.
La tecnología y las herramientas informáticas permiten implantar sistemas de gestión de almacén optimizados, que posibilitan el funcionamiento fluido de entramados muy complejos. Los errores en la ejecución tanto del método FEFO como del FIFO repercuten en costes muy importantes relacionados con:
- Stock caducado.
- Obsolescencia prematura.
- Productos con una presentación deteriorada.
- Devoluciones por parte de los clientes.
- Gasto de tiempo por una mala localización en el almacén.
- Pérdida de oportunidad de satisfacer la demanda.
- Deterioro de la imagen de marca.
Cada empresa tiene unas necesidades concretas de gestión de almacén, en función de la mercancía con la que trabaje y de la red de distribución en que se enmarque su actividad. Es muy importante, por tanto, que implante el sistema de gestión que mejor se adapte a sus características.