El transporte es uno de los sectores más contaminantes, incluyendo los niveles de todos los medios tanto de mercancías como de personas. De hecho, es responsable de un 25% de las emisiones mundiales de dióxido de carbono provenientes del consumo de combustibles, según datos de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos). ¿Qué podemos hacer para reducir estos niveles desde el transporte de mercancías por carretera?
Carbó Collbatallé está comprometido con la preservación del medio ambiente y la lucha contra el cambio climático. La sostenibilidad es un pilar del ADN del grupo: apuesta por la renovación de la flota para contar con los motores más eficientes y por nuevas fuentes de combustible, como el gas. Conocer cuál es la huella de carbono de la empresa es la primera acción que se debe llevar a cabo: analizar la situación en la que se encuentra e identificar los puntos fuertes y débiles. A partir de aquí se podrá empezar a actuar con un objetivo, mejorar la eficiencia energética.
Uno de los objetivos de la Unión Europea en cuanto a la contaminación es la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero: en 2030, los niveles deben ser un 40% inferiores a 1990. La mejor manera de disminuir los gases contaminantes es con el uso de vehículos eléctricos o con combustibles no fósiles, como el gas natural. Pero no solo eso, sino que las características del propio camión, la forma de cargarlo y de conducirlo también son clave. Los neumáticos anchos, por ejemplo, ayudan a distribuir mejor el peso y a reducir la resistencia a la rodadura, por lo que la cantidad de combustible necesaria para avanzar es menor. Además, reducir los tiempos de carga y la velocidad son otros trucos para aumentar la eficiencia.
Las rutas también deben ser más eficientes. En la medida de lo que sea posible, hay que evitar los trayectos sin carga e intentar llenar los vehículos al máximo para aprovechar mejor el espacio en cada viaje. De esta forma, no solo se reduce el uso de combustible, sino que también se produce un ahorro económico. En este sentido, el grupo Carbó Collbatallé incorporó a su flota los megacamiones entre finales de 2018 y principios de 2019. Estos permiten bajar un 20% las emisiones de CO2.
En este punto, la tecnología es claramente una buena aliada. En el mercado existen varios softwares y aplicaciones que ayudan a optimizar las rutas. Con una planificación mejor, se evitan los viajes en vacío o con poca carga. Además, los tiempos de las rutas se reducen y los trayectos son más eficientes. Esto también supondrá una disminución de los costes. Otra acción que pueden llevar a cabo las empresas de transporte de mercancías por carretera es rodearse de proveedores y partners que también apliquen medidas para que su actividad sea más sostenible. De esta manera, contribuyen a que no solo la parte del transporte sea más respetuosa con el entorno natural, sino que toda la cadena de suministro reduzca su impacto en el medio ambiente.