¿Quién dijo que el transporte a temperatura controlada es solo para productos congelados o frescos? El calor excesivo o la diferencia de temperatura extrema pueden provocar que los alimentos se deterioren y pierdan sus propiedades o el sabor característico. Sin embargo, hay ciertos alimentos que al conservarlos a una temperatura concreta se ven beneficiados en su aspecto y sabor.
En Grupo Carbó Collbatallé recomendamos el transporte a temperatura controlada para aportar un valor añadido a sus productos gourmet. Aunque no todos los alimentos necesitan mantenerse a una temperatura controlada, el hecho de conservarlos a una temperatura concreta determina que el producto mantenga sus propiedades intactas desde que se transporta hasta que llega al consumidor.
El vino, las conservas y el chocolate son ejemplos de productos que pueden conservarse a temperatura ambiente aunque mejoran si en su transporte se mantienen a una temperatura controlada. En el caso del vino, concretamente, se debe conservar en un lugar ventilado, protegido de la luz y a temperatura constante de entre 5ºC y 12ºC. Los cambios de temperatura pueden afectar al producto perjudicando principalmente al corcho, que cambia de tamaño y puede ocasionar filtraciones. En el caso del chocolate es importante mantener la cadena de frío, que debe conservarse a una temperatura de 15ºC a 18ºC, para mantener su consistencia, sabor y olor.
Otro producto que puede mejorar sus propiedades con un transporte a temperatura controlada es el embutido, ya que conservarlo a una temperatura concreta ayudará a que dure más tiempo sin perder sus propiedades. Los embutidos cocidos y curados necesitan una conservación específica en el frigorífico, mientras que los embutidos curados, como el jamón serrano, se conservan a temperatura ambiente. Aunque no sea precisa una temperatura controlada para su conservación, el transporte de estos últimos es recomendable que se realice a una temperatura determinada para así asegurar que el sabor y olor no se deterioren.
La cadena de frío también puede llegar a jugar un papel fundamental en el transporte de plantas aromáticas y flores, ya que mantener el producto fresco durante el transporte puede llegar a garantizar la calidad del género y alargar su vida. En el caso de las flores, su temperatura ideal de transporte es entre los 2ºC a 4ºC, mientras que en las plantas aromáticas hay que prevenir la pérdida de humedad y conservarlas entre los 2ºC y 9ºC.