El anuncio de la viabilidad de las primeras vacunas contra la Covid-19 ha puesto de actualidad la importancia extrema de la cadena del frío. La correcta conservación de los productos perecederos, ya sean alimentarios o farmacéuticos, pasa necesariamente por garantizar que durante su tránsito por la cadena de suministro la temperatura se va a mantener, en todo momento, en los niveles indicados, sin variaciones.
La calidad de los alimentos refrigerados o congelados depende de ello. Si en algún punto del trayecto la cadena del frío se rompe, en el mejor de los casos, la mercancía perderá cualidades organolépticas; en el peor, se echará a perder. En el caso de las vacunas, las consecuencias de una conservación inadecuada, obviamente, son más graves.
La vacuna que están desarrollando Pfizer y BioNTech debe almacenarse y transportarse a una temperatura máxima de -70ºC, lo que representa un reto logístico mayúsculo; sobre todo teniendo en cuenta que previsiblemente se van a distribuir cientos de millones de dosis por todo el mundo. La dificultad más importante estriba en los puntos de intercambio dentro de la cadena de suministro, donde se corre el riesgo de que se produzcan fluctuaciones térmicas.
¿Cómo se prevé que será la cadena de suministro?
- En una primera etapa, las vacunas llegan a cada país por avión.
- Un camión refrigerado las transporta hasta una plataforma logística equipada con congeladores capaces de conservarlas a -70ºC durante seis meses.
- Las vacunas se empaquetan en cajas frigoríficas que contienen 5.000 dosis. Para mantener la temperatura adecuada, necesitan rellenarse con hielo seco (CO2 en estado sólido). Así es como se distribuirán a los centros de vacunación.
- En la última fase, la logística se simplifica, pues la vacuna contra la Covid-19 aguanta hasta cinco días refrigerada a una temperatura de entre 2 y 8ºC, la habitual de conservación de otras vacunas.
¿Qué otras vacunas se están desarrollando?
El anuncio de Pfizer es el que más ha llamado la atención por las condiciones tan extremas de conservación que lleva asociadas. Las otras vacunas en fase avanzada de desarrollo, la de Moderna y la de AstraZeneca junto a la Universidad de Oxford, no necesitan una logística tan complicada, aunque requieren igualmente el mantenimiento escrupuloso de la cadena del frío.
La de Moderna se distribuirá en cajas de 30.000 dosis que deberán conservarse por debajo de -20ºC, la misma temperatura de transporte de los alimentos ultracongelados, de manera que no implicará dispositivos extraordinarios.
Por su parte, la vacuna que se está desarrollando en la Universidad de Oxford es aún menos exigente, pues ha de mantenerse entre 2 y 8ºC.
En cualquier caso, insistimos, la integridad de la cadena del frío resulta vital para garantizar la efectividad de cualquiera de ellas. Obviamente, toda la cadena de suministro deberá estar monitorizada a distancia mediante sistemas de control de temperatura a tiempo real.
Todos deseamos que las vacunas que frenen la pandemia sean una realidad lo antes posible.