control temperatura

¿Cómo es un almacén de alimentos a temperatura controlada?

El almacén de alimentos a temperatura controlada es un ecosistema muy frágil que requiere de la máxima atención y de la inversión necesaria en equipos tecnológicos y medidas de seguridad para garantizar la conservación óptima y la calidad de la mercancía. En artículos anteriores, explicamos cómo conseguir un almacén eficiente de alimentación a temperatura controlada y hablamos sobre los vehículos autorizados para su transporte. Ahora, nos centramos en la configuración y equipamiento de la instalación.

Existen dos tipos de plantas de almacenamiento en frío, en función de su estructura:

  • Naves logísticas equipadas con cámaras frigoríficas de congelación y refrigeración.
  • Almacenes frigoríficos en altura automatizados.

Las características y condiciones que deben cumplir estas instalaciones vienen definidas por el Real Decreto 168/1985, que aprueba la Reglamentación Técnico-Sanitaria sobre Condiciones Generales de Almacenamiento Frigorífico de Alimentos y Productos Alimentarios, y por el Real Decreto 3099/1977, por el que se aprueba el Reglamento de Seguridad para Plantas e Instalaciones Frigoríficas.

Características de las cámaras de refrigeración y de congelación

Las instalaciones de refrigeración almacenan alimentos que deben conservarse entre 0 y 10ºC, mientras que las de congelación mantienen temperaturas siempre inferiores a 0ºC, que pueden llegar hasta los -30º. Todos los elementos que configuran el almacén deben estar diseñados y fabricados para garantizar el mantenimiento constante de la temperatura necesaria y las condiciones climáticas requeridas para la conservación de los alimentos. De esta forma, se evita la rotura de la cadena de frío.

Así, las zonas climatizadas han de incorporar paneles frigoríficos y suelos aislantes. En el caso de las áreas de congelación, por ejemplo, habrá que instalar sistemas para evitar que el suelo se congele. Los materiales utilizados en estas instalaciones deben cumplir características como:

  • Baja conductividad térmica, para evitar la pérdida de frío y, por tanto, ser energéticamente eficientes.
  • Baja absorción de humedad, para no afectar a las condiciones climáticas del espacio.
  • Resistencia contra posibles ataques de animales atraídos por la comida (básicamente, roedores).
  • Ausencia de olores y resistencia contra su fijación.
  • Incombustibilidad.
  • Han de ser inertes y neutros químicamente.

En busca de la eficiencia energética

Uno de los aspectos que es necesario tener muy en cuenta en los almacenes de productos a temperatura controlada es el consumo energético. Se necesita mucha energía para mantener las instalaciones en funcionamiento constante, por eso resultan fundamentales las medidas de eficiencia energética, que empiezan por un diseño óptimo del espacio, e incluyen la incorporación de mecanismos que eviten fugas térmicas, un uso eficiente por parte del personal y la utilización de equipos frigoríficos industriales que optimicen el consumo.

Un recurso para evitar las pérdidas de frío son las puertas frigoríficas, que suelen formar parte de un sistema de esclusa de seguridad o Security Airlock System (SAS), consistente en una precámara con dos puertas que nunca se abren a la vez para evitar los cambios de temperatura en el interior. Los almacenes de alimentación a temperatura controlada deben incorporar igualmente una cámara o plenum, en su parte superior, que garantice la renovación del aire, además de los tubos para que este circule, evaporadores y un pasillo elevado de mantenimiento.

Tipos de cámaras frigoríficas

Los tipos de cámaras disponibles en una instalación de frío son:

  • Cámaras de almacenamiento frigorífico, para baja rotación o para media y alta rotación de mercancía.
  • Cámara frigorífica para productos congelados.
  • Cámara frigorífica para alimentos refrigerados.
  • Cámara frigorífica bitémpera, que admite productos refrigerados o congelados, en función de las necesidades del momento.
  • Cámara frigorífica mixta, que permite almacenar en un mismo módulo, compartimentado, alimentos congelados y refrigerados.
  • Túneles de congelación, que generan corrientes de frío para congelar cada producto de forma individual mientras se desplaza automáticamente por el interior.

Obviamente, las naves deben estar equipadas con los equipos de frío industrial, unidades evaporadoras, centrales de refrigeración, etc., adecuados para cada espacio (cámaras frigoríficas, muelles de carga, almacén…), y que aseguren la preservación de la cadena de frío. Eso es lo que garantizamos en Carbó Collbatallé gracias a nuestra red de plataformas logísticas distribuidas por todo el territorio. Nuestras infraestructuras están diseñadas para facilitar la máxima eficiencia y comodidad en la distribución alimentaria.

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